Ligamento cruzado anterior, la importancia del ratio Isquios/Cuadriceps

Ligamento cruzado anterior, la importancia del ratio Isquios/Cuadriceps

La lesión del Ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las lesiones más comunes en consulta, sobre todo en el ámbito deportivo. De ella, sabemos que la gran mayoría se dan en situaciones de desaceleración, aterrizaje y cambios rápidos de dirección.

Hay muchos factores (intrínsecos y extrínsecos) que aumentan el riesgo de lesión del LCA como anatómicos, hormonales y neuromusculares, siendo estos últimos los que suscitan mayor interés al ser los que más podemos modificar.

Dentro de ellos podríamos encontrar por ejemplo: una mala propiocepción, una tensión excesiva o una debilidad de ciertos músculos.

Hoy, queremos centrarnos en un factor importante a considerar; el ratio Isquios:Cuádriceps (1:Q). El concepto y la meta, es que se debería dar una óptima co-contracción de cuádriceps e isquiotibiales para proporcionar una mejor estabilidad a la rodilla y entre otras cosas, reducir la «palanca» o
fuerza tensil sobre el LCA, ya que lo habitual es “sobre-activar” el cuádriceps
respecto alos isquiotibiales (por muchos factores, tipo de músculo, tipo de fibras, tipo de acción, solicitación en el día a día…etc), habiendo más traslación anterior de la tibia y aumentando esta carga tensil sobre el LCA e incrementando por tanto su riesgo de lesión.

Una manera de medir la co-contracción de cuádriceps e isquiotibiales es calculando el ratio 1:Q (isquios:cuádriceps), mediante test isocinéticos o como hacemos en Impulse con test isométricos y dinamómetro.

Según Dedinsky et al (2017); «para reducir el riesgo de lesión del LCA, es importante entrenar los isquiotibiales mediante ejercicios que produzcan ratios adecuados de co-activación 1:Q (0,6-1).

Los ratios 1:0 de 0,6 0 más, parecen disminuir el riesgo de lesión en LCA e isquiotibiales, mientras que ratios cercanos a 1 indican activaciones altas de la musculatura isquiotibial, la cual asiste al LCA (evitando esa traslación anterior tibial).

Además el autor sugiere en el estudio unos tipos específicos de ejercicios en unos rangos determinados para asegurarse de una mayor co-contracción.